lunes, marzo 23, 2009

1976-2009


Ustedes leerán a continuación uno de los cables informativos que por agosto de 1976 daba a conocer la ANCLA (Agencia Noticias Clandestinas).
Se redactaban las noticias en máquinas de escribir manuales con 5 o 6 carbonicos, y se pedía que quien recibiera el cable lo imprimiera y lo hiciera circular.
Detrás y al frente de ésta agencia estaba el hoy desaparecido Rodolfo Walch.

CAMPAÑA DE CENSURA Y REPRESIÓN CONTRA EL PERIODISMO

Buenos Aires, ago 30 (ANCLA) - Un agudo malestar ha causado en medios allegados a la Secretaria de Información Pública, que preside el capitán de navio Carlos Carpintero, la declaración emitida por la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA), entidad que nuclea al grueso de las publicaciones periodísticas nacionales.
La nota esta dirigida al presidente de la Nación, y cuenta como objetivo primordial el reclamo de poder informar más libremente y la condena abierta a los actos de violencia que sufren los hombres de prensa en la actualidad.
Esta inquietud de ADEPA tiene su origen en hechos concretos que abarcan todos los rubros de la represión contra el periodismo argentino, la censura, la supresión sistemática de todo tipo de prensa independiente, las amenazas, los secuestros, encarcelamientos, por último la tortura y el asesinato de varios profesionales.

"Desde que comenzó a generarse el terror sistematizado en la Argentina -dice la nota de ADEPA- hemos sido objeto de presiones, maniobras extorsivas, actos terroristas, llegándose inclusive al asesinato. Este fue el método corriente mediante el cual se trataba de lograr la autocensura y, por ende, la desinformación popular; lo importante para estos sectores era justamente, que nunca más el pueblo supiera de qué se trataba. Así fue creciendo en el país una inseguridad física que luego se vio sensiblemente agravada por la inseguridad jurídica."
Es conveniente recordar que ya durante el anterior gobierno —que ejerciera la viuda de Perón- se hicieron sentir estos efectos, numerosas fueron las publicaciones que resultaron suprimidas ("Noticias", "El Mundo", "Crónica", "La Calle", "Respuesta Popular" e innumerables periódicos políticos) y también varios fueron los periodistas asesinados, siendo los casos mas importantes los del fotógrafo Fumarola, muerto de sesenta balazos, y los cronistas Money y Colombo también brutalmente ejecutados.
Entre los detenidos de esa época figuran el periodista cordobés Roberto Reyna (torturado), el director de la revista peronista “El Descamisado", Dardo Cabo (torturado, perdió la movilidad de un brazo), Emiliano Costa de “El Cronista” (torturado), el ex secretario del Sindicato de Prensa, Eduardo Jozami, y el periodista Pedro Cazes Camarero. Todos se encuentran en la actualidad alojados en distintos institutos de detención, varios de ellos sin proceso, y con pésimas condiciones de trato.
"La Nación entera -prosigue ADEPA --sufrió los efectos de esa inseguridad en todos los terrenos de la vida cotidiana. Y a ello se sumaron las detenciones de periodistas, el cierre de medios de comunicación, la instauración de ambiguas normas legales tales como la ley de seguridad del Estado, y el dictado de medidas económicas tendientes a ahogar financieramente a los diarios. Había un solo propósito, reiteramos, desinformar al país, condenar al pueblo al silencio o, lo que es peor aun, lograr que deliberadamente estuviera mal informado."
Al producirse el golpe militar del 24 de marzo la situación de la represión inicial contra ¡a prensa empeoró aún más. Desde el principio la totalidad de los diarios y revistas fueron conminados a ajustarse a severas normas de censura, que los convirtieron en esos primeros días en una masa uniforme de letras que reiteraban loas al nuevo gobierno. "Da lo mismo leer cualquier diario o mejor no leer ninguno" fue uno de los comentarios más oídos en esos tiempos, lo que el periodista Rodolfo Terragno supo precisar aun mas cuando escribió en su revista "Cuestionario”: “Es lamentable ver que todos los diarios funcionan en cadena".
Publicaciones como “Nuevo Hombre”, “Nuestra Palabra”, “Tribuna Popular”, “La Yesca”, “Posición Nacional”, “Sucesos”, “Información”, etc., que eran orientadas por partidos y agrupaciones políticas, fueron clausuradas, algunas de ellas antes de lanzar su primer numero a la calle. Otras -las más recientes- corno "Cuestionario” y "Crisis" resolvieron su autodisolución como empresas editoriales debido a las continuas amenazas y a los secuestros de algunos de sus colaboradores.
En el caso de la revista "Sucesos' . que orientaba el presidente del Partido Intransigente, (Doctor Oscar Alende, sus editores fueron citados al despacho del capitán de navio Corti, y allí fueron conminados por éste a no intentar la edición del semanario "si no querían terminar todos presos”. Entre los cargos que se les hacían figuraban, la publicación de una foto del presidente Videla "que no expresaba la imagen de reconstucción nacional que nosotros queremos", segur Corti. Y la inclusión de un reportaje al escritor Julio Cortázar, que "como todos saben es comunista y nadie tiene interés en saber lo que dice", concluyó.
A esta campaña de censura y clausuras selectivas (la mayoría de las veces compulsivas), se comenzaron a sumar los casos de trabajadores de prensa encarcelados, desaparecidos y presuntamente muertos.
En los últimos días de marzo y principios de abril son encarcelados Eduardo Molina y Vedia ("La Opinión"), Guillermo Alfieri y Mario Paoletti ("El Independiente" de La Rioja). Cesar Jaroslavsky, Joaquín Alvarez. Carlos Alvarez, José Rammaciotti, Tilo Wenner, Plutarco Schallert y Antonio di Benedetto (reconocido escritor y periodista del diario "Los Andes” de Mendoza). La mayoría de ellos fueron torturados y de pocos se ha logrado saber en qué lugar están prisioneros.
"En un período como el que transitamos -afirma ADEPA-, en el cual están anuladas algunas de las vías a través de las cuales se expresa la opinión ciudadana, una prensa sin ataduras que pueda manifestarse con fluidez, sin prevenciones que la coarten, se torna el único canal por cuyo intermedio las autoridades pueden pulsar la repercusión de sus medidas,"
Voceros cercanos a esa entidad han dejado conocer que en el último tiempo el clima que se respira en los medios periodísticos es francamente intolerable, "el terror y la psicosis de muerte ha ganado a la mayoría –dicen- ya que nadie se siente seguro de no ser secuestrado en los próximos días bajo la acusación de colaborar con la subversión .
Las estadísticas demuestran que esta psicosis tiene su correlato de veracidad. A los nombres de Miguel Angel Bustos ("El Cronista"), Carlos Perez- ("Clarin") y el asesinato del uruguavo Zelmar Michelini, se agregaron otros secuestrados en los últimos meses. El 17 de julio pasado numerosos individuos armados se llevaron de un cine de esta capital a Enrique Walker, ex secretario de redacción de las revistas "Gente" y "Extra”, en este mes desapareció un trabajador gráfico de nacionalidad uruguaya del taller de "El Cronista", un delegado gremial de "La Nación y una delegada de "La Razón", mientras que era allanado el domicilio de otro delegado gremial de ese diario. Al salir de su casa fue secuestrada la redactora de Canal 13 Nora Laffon, quien fue torturada y posteriormente liberada. La periodista Susana Viau sufrió el allanamiento de su casa, que fue también destruida, mientras que el 5 de agosto pasado fue secuestrado en la puerta del diario "El Cronista" el redactor Héctor de Marchi que también es corresponsal de Canal 13 de México
En los últimos días la ola de violencia oficial contra la prensa recrudeció notoriamente al ser allanados por fuerzas del Ejercito los domicilios de varios ex delegados de "Noticias” y “El Mundo"; numerosos corresponsales extranjeros en nuestro pais han recibido amenazas de muerte, entre ellos el secretario de la asociación que nuclea a dichos profesionales, Giangiacomo Foa. El 12 fueron allanadas las oficinas de la agencia noticiosa Interpress Service y fueron detenidos la administradora de la misma, de apellido Figueroa, y los periodistas Patricia Villa y Juan Canal. Poco después era detenido por fuerzas conjuntas -Marina y Policía Federal-el periodista Eduardo Suárez de "El Cronista". La señora Figueroa y el señor Canal fueron liberados 24 horas, después, luego de un interrogatorio en dependencias policiales. Del resto se carece de noticias sobre su suerte. En una de las dependencias de Interpress, miembros de la Superintendencia de Seguridad Federal (Policía Política Argentina) intentaron detener a varios periodistas -que estaban ausentes- en base a un listado con el que contaban. Al comprobar que entre el personal no requerido habia un cronista de nacionalidad uruguaya, se lo incluyó de todos modos en la lista. "Si es uruguayo no debe ser muy inocente', dijo uno de los funcionarios policiales. Varios de los buscados lograron ausentarse del país al día siguiente.
La emigración ha sido el camino adoptado en los últimos meses por casi un centenal de hombres de prensa, varios de los cuales son figuras muy conocidas.

Como corolario de esta escalada de terror, el día 23 de agosto, fuerzas de la Marina y la Policía Federal rodearon, ocuparon y revisaron piso por piso el edificio del diario "Crónica" ubicado en Azopardo y Garay de esta capital, en busca de una decena de delegados gremiales -periodistas y gráficos- acusados de promover un conflicto con la empresa. Los uniformados, armas en mano, amenazaron a los trabajadores para que delataran a sus compañeros. Uno de los delegados —de apellido Villanueva- fue detenido y obligado a subir a empellones a una camioneta de la Marina. 'Nosotros sabemos -nos dijo un cronista- que ya no lo veremos más, y que con suerte nos enteraríamos un día del hallazgo de su cadáver acribillado a balazos.
Pocos días después, un grupo de individuos encapuchados que se identificaron como policías, irrumpían en el domicilio de los hijos del periodista y poeta Juan Gelman -actualmente en Italia- secuestrando a ambos: Marcelo, de 20 años y Elvira de 18; junto con ellos se llevaron a la esposa del primero, que está embarazada de siete meses. La hija de Gelman esta recluida en cama desde hace cuatro años a causa de un accidente que la dejó paralítica. Su madre presentó un recurso de hábeas corpus en el que aclara que su hija no puede sobrevivir sin una dosis diaria de medicamentos.
Esta verdad que hoy se llama "miedo en el gremio periodístico" es lo que ADEPA deja traslucir en su nota al presidente Videla, ya que los empresarios saben que de esta forma es casi imposible el crecimiento de las fuentes de trabajo. Por eso aclaran que "no creemos equivocarnos si afirmamos que el más importante aporte que la prensa argentina puede hacer al éxito del proceso es perseverar en el cumplimiento de su deber de siempre: informar libremente".
Por último, cabe señalar que varios de los firmantes de la nota habrían sido citados por el secretario de Información Pública a efectos de señalarles el desagrado que habría causado en las filas de las Fuerzas Armadas argentinas dicho mensaje que -según allegados a dicha área de gobierno— "no hace otra cosa en definitiva que crear el caldo de cultivo a la subversión".

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