jueves, junio 29, 2006

QUIERO EL GOL ,PERO NO A CUALQUIER PRECIO.

Ahora que todos estámos inquietos,impacientes y queriendo que el partido sea ya...ahora...digo y me incluyo en esos estados, sería bueno "parar la pelota" y darnos cuenta que SOLO ES UN MUNDIAL...QUE LOS CHICOS JUGARON MUY BIEN...Que la dosis de pureza puesta por Tevez es un respiro...Y que si no ganaran el viernes...igual seguirán siendo buenos...Que prefiero una derrota con honor; el juego limpio y no una victoria robada al estilo Italia.
Y no olvidar que están pasando otras cosas, que hay familias que esperan por hijos secuestrados y que todos los políticos con cargo se aumentaron los sueldos, y hasta un cura aprovechó la confusión y tiró la sotana (esto me gustó) porque me gusta la libertad y un cura con obligaciones maritales me puede dar mas como pastor que otro que no sabe de qué se trata.
Me gustará el triunfo y lo disfrutaré siempre y cuando la pelota entre limpita en el arco alemán.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El Anónimo es Freddy, no se cómo cambiarlo.

Para "lavar" un poco la crítica que te hice antes, en ésto coincido totalmente Gala.
Como el Mundial no terminó, puede sonar a "abrir el paraguas" o a justificar una derrota pero yo pienso que la victoria deportiva no puede llegar a cualquier precio. El esfuerzo y el juego limpio también valen y mucho, que el DT, su cuerpo técnico y fundamentalmente los muchachos están dando una muestra de sobriedad y calidad de juego que, para lo que estamos acostumbrados, ya es un triunfo.
No siempre se puede ser el primero ni vale la pena serlo con trampas pero sí se puede estar a la altura de cualquiera y salir de la cancha con la frente alta. Eso ya lo conseguimos y a mi, como argentino, me alcanza.

C. W. Karl dijo...

Hacer goles con la mano, protestar con desmedida furia fallos irrevocables y utilizar sustancias prohibidas es un triste espectáculo del pasado, que afortunadamente esta selección no los está dando.

Nunca hay que soslayar la violencia cotidiana, en la que se llega al punto de cortarle cuatro dedos con un hacha a un chofer de colectivos, porque no tenía la cantidad de dinero que pretendía quien lo estaba asaltando. A esto hay que agregarle las ínfulas abolicionistas del derecho penal, por parte de individuos que se preocupan por los victimarios y dejan completamente de lado a las víctimas, dando la impresión que para aquellos teóricos, los primeros tienen derechos y el resto solamente obligaciones.


Besos!